Capítulo 21: del amor y otros demonios.

M.
Dec 27, 2020
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De pocas cosas no tengo dudas. Entre ellas, que el libro “Amor y otros demonios” recoge, en su totalidad, el espíritu y la envolvente manera de escribir de Gabriel García Marquéz. Asimismo, pocas dudas tengo de que hay libros que solamente con el título y su desarrollo, te atrapan, y de que uno de esos libros, es este del que les hablaré a continuación.

Esta obra relata una historia que se desarrolla en Cartagena de Indias en el siglo XVIII; lugar, que, para esas épocas, tenía una presencia muy marcada del catolicismo. Los conventos eran algo del día a día y de igual manera, las curaciones evangélicas. Por ende, se apoyaban en Dios y en los obispos (quienes traían su palabra) como fuente de autoridad.

Normalmente esto era algo socialmente aceptado. La religión se daba por sentada y nadie le llevaba la voz contraria. No obstante, un día nace Sierva María de todos Los Ángeles, hija del Marqués de Casalduero y de Bernarda; cuyo nacimiento, cuando menos se esperaba, iba a darle un giro a la normalidad en la época.

Su vida fue más bien triste. Su madre, desde el inicio de sus tiempos, la odiaba, porque la relacionaba con una presencia diabólica Por ende, la niña nunca tuvo una buena relación con ella y debió buscar refugio entre los esclavos africanos que vivían en la cercanía.

A raíz de esto, desde una corta edad aprendió otras lenguas, costumbres y misticismos, totalmente alejadas de la religión católica tan afincada en ese época en la ciudad. Como consecuencia de ello y a medida que fue creciendo, se convirtió en una joven incomprendida y con un factor diferenciador único.

No obstante, su historia toma un giro inesperado cuando la muerde un perro, porque esto significaba contraer la rabia, enfermedad mortal y raramente curable.

A raíz de tan preocupante situación en la época; el Marqués, por instrucciones del obispo, manda a Sierva María al convento de Santa Clara, donde vivirá por el resto de sus tiempos, recibiendo el goce puro de la vida: se enamorará, gritará, e incluso, llevará una lucha indescifrable contra la iglesia.

Siempre me ha encantado García Márquez. Su manera de escribir me envuelve en el mundo del realismo mágico. Sus historias se desenvuelven en ciudades tan históricamente importantes para Colombia, que cuentan las vivencias conocidas por nuestros ancestros, y en algunos pocos casos, hasta por nosotros mismos, fascinan a sus lectores cada vez más. Me incluyo ahí.

Es una historia realmente fascinante; inspirada por las épocas de periodista de Márquez, donde visitó una tumba en el convento de Santa Clara, en la que encontraron el esqueleto de una niña con una larga melena, aún en buen estado.

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